Miriam arrugó en sus manos el garabato ilegible que había dibujado. Cogió otro folio y comenzó de nuevo. Lo miró unos segundos, volvió a arrugar la hoja y lo tiró a la papelera. Por fin, comprobó que su dibujo era igual al que había encontrado.
- ¡Papá, ya sé escribir!
Su padre lo leyó y se derrumbó temblando en el sofá.
- ¿Qué te pasa, papá?
- Nada... Vete a jugar y no le digas nada a mamá.
Cuando Miriam salió de la habitación, volvió a leer la nota que había escondido en su maletín: “Tenemos a su hija. Espere instrucciones y no llame a la policía”.
-----------------------------------------------------------------Miriam arrugó en sus manos el garabato ilegible que había dibujado Miguel.
- ¡No sabes escribir, tonto!
- Claro que sé- Miguel cogió el papel de las manos de Miriam-. Lo que pasa es que tú no puedes leerlo. Es un código secreto.
Miriam, sin creer una palabra, se dio la vuelta y se tumbó en la cama. Cuando Miguel marchó, examinó la hoja, que estaba plagada de dibujos y signos extraños. Algo perpleja, comenzó a analizarla tratando de descubrir el mensaje oculto. Al cabo de media hora consiguió descifrarlo: “Lo sé todo, Miriam, se acabó el juego”.
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Miriam arrugó en sus manos el garabato ilegible que había dibujado y lo estrelló contra la pared. Su madre lo recogió y lo metió en la papelera.
- No puedes ir tirándolo todo por ahí, Miriam -le recriminó.
Miriam no respondió. Cogió otro folio y trazó unas líneas sobre el papel. Cuando terminó, miró unos segundos la hoja y la rompió con furia en mil pedazos, que quedaron esparcidos por el suelo. Ignoró los reproches de su madre y observó con impotencia la lámina en blanco que, de nuevo, volvía a descansar sobre el escritorio. “Me rindo”, pensó mientras las lágrimas resbalaban por su mejilla: “He olvidado cómo escribir mi nombre”.
1 comentario:
sigo preguntandome como han podido los del concurso dejarnos de lado :P
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